martes, 22 de septiembre de 2009

TÚ TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO

En esto de navegar por la Internet en busca de mujeres o instituciones que se dediquen como nosotras a luchar por la igualdad de género, para establecer con ellas redes de apoyo y de intercambio, mi compañera Ingrid Gómez se encontró con el interesantísimo blog "Mujeres Construyendo" de Claudia Calvin. El por qué de la calificación de "interesantísimo" lo van a tener que comprabar ustedes mismas/os a través del siguiente enlace http://mujeresconstruyendo.ning.com/, sin embargo les damos un adelanto de los artículos que publica esta bloggera mexicana en su espacio virtual.
El siguiente artículo, el cual fue segmentado pero lo pueden leer en su totalidad en el enlace de Mujeres Construyendo, fue una entrevista realizada por Víctor Amela a Moussa AG Assarid, que fue titulado "TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO":

- No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...! Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier.. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre.... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo.. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo. (...) Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa.... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde... (...) Es un momento mágico.... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor... (...) Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

3 comentarios:

Ronalis B. dijo...

Que bello!!! de verdad que uno se pone a reflexionar, porque, a veces somos tan egoistas pidiendole más a Dios, que para otras personas lo poco que tenemos es lo maximo para ellos ser felices.verdad???

Daniela Cámara dijo...

Hola Ronalis! me encanta que nos escribas y nos des tú opinión. Estoy de acuerdo contigo, me parece que en el caso de este hombre, las grandes posesiones materiales que se nos venden como la felicidad plena a él no lo llenan, y es porque él vivió en una sociedad en la que las practicas cotidianas e incluso las condiciones climáticas son muy diferentes a las nuestras y, por ende, valora las cosas desde otro punto, desde lo que le tocó vivir y con lo que se siente emocionalmente vinculado.
Creo que no es una actitud egoísta pedir más, ya que me parece que uno no debería ser conformista. Sin embargo, pienso que aquello que queramos "de más" debe tener un sentido más allá de la simple avaricia. Es decir, que no sea un tener por tener, sino que aquello que se quiera sea necesario para que nosotr@s y los que están a nuestro alrededor puedan estar y sentirse mejor.
Un abrazo y gracias de nuevo por escribir!

Ronalis B. dijo...

Gracias Dios!!! por esta nueva oportunidad. le quiero gritar al mundo que quedé en el curso y estoy contando los días para empezar a cambiar a través de esta nueva forma de vida, construida por mis propias decisiones con apoyo de las personas que quieren ser mis aliadas y verme bien.Gracias...