Durante la Feria de Empleo 2009 organizada por la Alcaldía del Municipio Sucre, tuvimos la oportunidad de compartir con los muchachos del Instituto Nacional de Juventud del Estado Miranda, quienes en conversaciones nos expresaron su preocupación por el escaso número de mujeres que aspiran a participar como voceras y lideresas, en los espacios de una Comisión de Jóvenes que se creará próximamente, cuestionándose las razones que producen este distanciamiento político.
En aras de responder a esas inquietudes, para mi es inevitable tocar el tema del papel de lo social en la construcción de un sinnúmero de barreras y obstáculos que nos han dificultado o inhibido la participación en dichos espacios de liderazgo. Basta con escuchar los chistes sexistas en una oficina sobre cómo la presidenta de la compañía llegó a ese cargo o las críticas sobre el traje que utilizó una senadora para dar unas declaraciones en un canal de noticias, para darnos cuenta de las formas (por no mencionar otras tantas) en las que se descalifica y desprestigia a una mujer que tiene poder.
La educación también juega su rol en este alejamiento, pues desde que somos pequeñas nos enseñan a estar sujetas al control masculino, tanto en lo familiar como en lo social, donde nuestro éxito está basado en el cumplimiento del papel de madre-esposa.
Paradójicamente, del rol de madre-esposa surgen las motivaciones para la participación social y política de las mujeres al querer cambiar el entorno social en pro del bienestar de hijas e hijos, pero también nace la culpa por “descuidar” dicho rol y sus exi
gencias, además de la presión para “elegir” entre la participación y la pareja y/o la familia y la presión social (chismes, estigmatización y desprestigio).
Pese a esto, en los últimos años se ha registrado un crecimiento en la presencia de mujeres en el nivel de toma de decisiones en el ámbito local y nacional de casi todos los países. En la mayoría de los países latinoamericanos, los partidos políticos desarrollaron estrategias para atraer el voto femenino, a lo que se sumó la aprobación de la Ley de Cuota por los Estados, gracias a los esfuerzos de los movimientos feministas y de mujeres como uno de los principales mecanismos para promover la participación real de las mujeres en el campo político, a fin de reducir la asimetría de género en la participación y representación política.
Actualmente, en varios países de América Latina, Europa, Asia y África se encuentran mujeres liderando como primeras mandatarias: Cristina Fernández en Argentina, Michelle Bachelet en Chile, M. McAleese en Irlanda, Vaira Vike-Freiberga en Letonia, Gloria Macapagal en Filipinas, Angela Merkel lidera una potencia económica como Alemania, Ellen J. Sirleaf en Liberia, y la ganadora (por segunda vez) Tarja K. Halonen en Finlandia. En Venezuela, muchas mujeres hoy están ocupando puestos como ministras, diputadas e incluso participando activamente en la vida de sus comunidades a través de los Consejos Comunales.
Todo lo que aquí he venido exponiéndoles debe servirnos como reflexión, no para victimizarnos por las dificultades que hemos tenido (y que aún tenemos) como mujeres, sino para que hagamos consciente cuáles son nuestras barreras, tanto personales como externas, y de esta forma aprovechemos los espacios y construyamos otros nuevos, donde podamos liderar para tomar decisiones importantes que nos permitan cambiar positivamente nuestros entornos.
Sí tantas mujeres ya lo están haciendo, ¡tú también puedes! ¡Participa!
Nuevamente el personal de Aliadas en Cadena y las alumnas de la III y VI Cohorte de los Núcleos de El Valle y Las Acacias estuvieron presentes en las Jornadas de Cavedatos 2009, realizadas los días 21, 22 y 23 de Octubre en las instalaciones del SELA.
